Maribel Barajas
Participante de las clases de yoga y estudiante de Nivel 1 de Kundalini Yoga
Al principio no me gustaba… me caía mal porque me dolía el cuerpo. Tenía dolores de ciática y espalda, y aunque iba a darme masajes, siempre regresaban.
Cuando empecé a ir a yoga, noté que los dolores disminuían y que le ponía menos atención a los problemas. Mi mente ya no estaba “piensa y piensa” todo el tiempo. A pesar de que no entendía el significado de los mantras, había algo que me hacía sentir a gusto.
Poco a poco empecé a experimentar cambios mentales y físicos. Me siento mucho mejor… ¡y eso que solo voy una vez por semana! Las cuarentenas que nos daba Brenda me ayudaban muchísimo.
Además, la forma en que la maestra guía la clase te da confianza: nos explica los movimientos, el sentido de los mantras, y nos ayuda a atravesar nuestros miedos. Cuando nos dice que no tenemos que dejar nuestra religión o lo que ya creemos, el miedo se disuelve. Yo pienso: ¿por qué no empecé antes?
Yo andaba buscando algo que me ayudara a estar bien. Busqué en iglesias y en grupos, pero no encontraba… hasta que llegué a estas clases. Hice una conexión profunda y ahora estoy estudiando para ser maestra también.
Esta práctica es una forma de vivir. Hacemos lo mismo que todos, pero ahora lo haces en calma, aprendes a estar en silencio, a estar contigo, y a ver las cosas con claridad.